Las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta de crédito en la que todas las compras o disposiciones de efectivo quedan aplazadas. Llevan un límite de crédito establecido, el cual va disminuyendo a medida que vamos realizando cargos o compras y se repone a través de los recibos periódicos. El titular de la deuda es el que decide qué importe paga y si el pago es a plazos, se generan intereses los cuales son bastante altos, muy por encima de los de mercado (de hecho oscilan entre un 24% y un 30%). El Tribunal Supremo considera que estos préstamos son usurarios .